David Vincent es un histórico del Death Metal, fue
responsable junto a otros de forjar el género cómo lo conocemos hoy en día.
Disfrutó del relativo éxito de la música extrema en la primera mitad de los 90s
(God of Emptiness rotaba bastante seguido en MTV). Se fue y volvió a Morbid
Angel (con los que grabó el olvidable Illud Divinum
Insanus en 2011) y se fue una vez más. Hoy está girando por el mundo con I Am Morbid
donde repasa los clásicos de la banda de Florida grabados en el primer lustro de los
90s, junto a Tim Yeung en batería (también grabó Illud...) y los
violeros Ira Black (Metal Church, Lizzy Borden) y Bill Hudson (Circle II
Circle). En Social Club de Neuquén cientos de jevis lo estaban esperando hace rato...
* Texto: Simón Diaz. Fotos: Karen Detzel.
* Texto: Simón Diaz. Fotos: Karen Detzel.
Satirical Desire fue la banda que abrió la noche. No los conocía pero me los habían nombrado como una de las bandas grossas del under extremo de la región de hace varios años. Editaron El Limbo en 2002 y tiempo después se disolvieron, hasta este show regreso. De los miembros originales quedaron Cristian Aranda (guitarra) y Marcelo Monsalve (batería) y completaron con Diego Burgos (voz, también Human Holocaust) y Raffa Uribe (Elessär, Abbaddon y un largo etc). Sólida performance, para destacar los riffs filosos de Cristian y el caudal vocal de Diego. El violero nos visitó el sábado siguiente en Campera de Cuero y adelantó que piensan junto a Marcelo aprovechar el envión del recital para reactivar Satirical Desire con la formación actual.
Siguieron los chilenos Saken con su propuesta indefinida
entre Thrash, Hardcore y Metal. Son un cuarteto de más de 20 años de
trayectoria con un par de discos. Su música no me transmitió mucho, más que nada
el cantante que mantuvo un tono monótono con pocos matices y el batero que
abusaba del doble bombo por momentos. El punto fuerte de Saken son las cuerdas,
buenos riffs del violero y la actitud del bajista. Sorpresivamente cerraron con
una versión jevi de ‘Mejor No Hablar de Ciertas Cosas’ de Sumo, una gran
canción, pero no sé si el mejor cover para esa situación.
Una pequeña intro da tiempo de acomodarse a la banda
principal. Apenas sube David Vincent comienzan las ovaciones. No es Morbid Angel, pero
es lo más cercano que vamos a poder ver varios por acá y el arranque con
‘Immortal Rites’ te sacude. Pegado ‘Visions From the Darkside’, ‘Blessed Are
The Sick’, ‘Raputre’ y ‘Pain Divine’. Es notable el oficio de Vincent, con una
soltura total y la voz muy intacta. Lo acompañan músicos que les sobra para
tocar pero los detalles de Trey Azagthoth en la viola y la brutalidad de Pete
Sandoval son difíciles de replicar. Continúan con ‘Eyes to See, Ears to Hear’ que además de ser
un recontra temazo, no es una canción sencilla para Vincent porque pasa de los
alaridos del estribillo a recitados graves y lentos, pero se la saca de encima
sin drama. Luego de los ¿obligados? solos de cada uno llega el mejor momento de
la noche: ‘Dominate’, ‘Where The Slime Live’ y ‘Dawn of Angry’ al hilo, de
Domination el disco que más me ceba de los primeros discos de Morbid Angel. No se
podían ir sin ‘God Of Emptiness’ acaso EL clásico que faltaba: intricado,
climático y oscuro; uno de los grandes temas (y video) de los 90s. Una gran noche de Death Metal old school de la mano de uno de los grandes que salieron de la gloriosa escena de Tampa, Florida.
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